La acera, la pieza central elegida por el propio Farhadi para dar título a la exposición, es una obra fotográfica a gran escala, compuesta por cuatro murales de la calle Vali Asr de Teherán, que fue registrada, a lo largo de todo un año, con la ayuda de sus asistentes Tahmineh Monzavi y Leila Akhbari.
Las cuatro composiciones bien podrían funcionar como secuencias cinematográficas a través de las cuales parece haberse creado otra temporalidad y otro espacio. La acera de esa megalópolis es también el espacio íntimo e ideológico de muchas de sus películas, en las que sus personajes se enfrentan a dilemas éticos vitales. Junto a varias series fotográficas, la exposición recoge también un variado material audiovisual de su carrera cinematográfica (vídeos y fotografías del making of de algunas de sus películas, carteles de sus filmes, entrevistas, etc.) y dos películas documentales que analizan el trabajo del director con los actores.