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4. Tesoros en los ultramarinos
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No podemos perdernos un recorrido por las tiendas de ultramarinos compostelanas, así llamados en recuerdo de los tiempos en que ofrecían productos exóticos de ultramar y enlatados de larga conservación. Hoy son un bastión de la buena gastronomía gallega: en sus estantes conviven quesos, vinos gallegos, aguardientes, chorizos, grelos en conserva o deshidratados, conservas de pescados y mariscos de las rías, algas en lata o secas y hasta ortigas en lata producidas en Galicia.

Es un delicioso recorrido desde la Rúa das Orfas, pasando por la Praza do Toural y llegando hasta Caldeireiría.

De los quesos gallegos que impregnan el aire de los ultramarinos, el más famoso es el tierno queso de tetilla, que salta a la vista por la curiosa forma anatómica que le da nombre. Por su silueta de bala y su olor ahumado distinguiremos el San Simón da Costa, y por su forma de gorro de cocinero, al untuoso queso de O Cebreiro. La cuarta denominación de origen es el cremoso Arzúa-Ulloa, un postre de primera si se toma con dulce de membrillo y pan. A pesar de no ser curados, los quesos gallegos tienen una muy buena conservación. ¡Ideales para llevar a casa!

Mención expresa merece el chocolate artesanal compostelano. Antaño elaborado en múltiples obradores e incluso en los domicilios particulares a los que se desplazaban los maestros chocolateros, el chocolate de Compostela se consume preferiblemente a la taza. Pero hay más dulzuras en los ultramarinos: tarros de miel gallega de extraordinaria calidad (a veces envasada con nueces); el ‘marrón glasé’ hecho en Ourense con castañas o los mirabeles, pequeñas ciruelas originarias de la Selva Negra que se cultivan en el sur de Pontevedra desde hace más de 70 años y se venden frescos, en almíbar o en licor.

Allí destacan también las estilizadas formas de las botellas de aguardiente gallego de orujo, el único español con denominación reconocida por la Unión Europea. Cuando en él se maceran ciertas hierbas da como resultado el aguardiente de hierbas, que se convierte en licor si lleva azúcar, y en aguardiente tostado si el agregado es de caramelo. El conocidísimo licor café gallego es producto de macerar café en aguardiente con azúcar. También podemos elegir licor de guindas, aguardiente y licor de mirabel, licor de cilantro y cremas de orujo, semejantes a las cremas irlandesas.

No podemos perdernos un recorrido por las tiendas de ultramarinos compostelanas, así llamados en recuerdo de los tiempos en que ofrecían productos exóticos de ultramar y enlatados de larga conservación. Hoy son un bastión de la buena gastronomía gallega: en sus estantes conviven quesos, vinos gallegos, aguardientes, chorizos, grelos en conserva o deshidratados, conservas de pescados y mariscos de las rías, algas en lata o secas y hasta ortigas en lata producidas en Galicia.

Es un delicioso recorrido desde la Rúa das Orfas, pasando por la Praza do Toural y llegando hasta Caldeireiría.

De los quesos gallegos que impregnan el aire de los ultramarinos, el más famoso es el tierno queso de tetilla, que salta a la vista por la curiosa forma anatómica que le da nombre. Por su silueta de bala y su olor ahumado distinguiremos el San Simón da Costa, y por su forma de gorro de cocinero, al untuoso queso de O Cebreiro. La cuarta denominación de origen es el cremoso Arzúa-Ulloa, un postre de primera si se toma con dulce de membrillo y pan. A pesar de no ser curados, los quesos gallegos tienen una muy buena conservación. ¡Ideales para llevar a casa!

Mención expresa merece el chocolate artesanal compostelano. Antaño elaborado en múltiples obradores e incluso en los domicilios particulares a los que se desplazaban los maestros chocolateros, el chocolate de Compostela se consume preferiblemente a la taza. Pero hay más dulzuras en los ultramarinos: tarros de miel gallega de extraordinaria calidad (a veces envasada con nueces); el ‘marrón glasé’ hecho en Ourense con castañas o los mirabeles, pequeñas ciruelas originarias de la Selva Negra que se cultivan en el sur de Pontevedra desde hace más de 70 años y se venden frescos, en almíbar o en licor.

Allí destacan también las estilizadas formas de las botellas de aguardiente gallego de orujo, el único español con denominación reconocida por la Unión Europea. Cuando en él se maceran ciertas hierbas da como resultado el aguardiente de hierbas, que se convierte en licor si lleva azúcar, y en aguardiente tostado si el agregado es de caramelo. El conocidísimo licor café gallego es producto de macerar café en aguardiente con azúcar. También podemos elegir licor de guindas, aguardiente y licor de mirabel, licor de cilantro y cremas de orujo, semejantes a las cremas irlandesas.

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Localización
Cantón do Toural, 2-9, Santiago de Compostela, 15705